lunes, 11 de febrero de 2013

ANTONOMASIA MUTANTE IV - "ELLA"







Ella, reside en mi cabeza día y noche y le hace cosquillas mi vida para que esté sonriendo sin motivos aparentes. En ese momento, todos me preguntan si me siento bien cuando de la nada en mi rostro se refleja la felicidad. El motivo es claro, es ella. 

Ella camina por los parajes más hermosos de la humildad y hace que sus errores sean olvidados gracias a su inamovible sinceridad. Ella, no juega al ajedrez con tal de complacerse a sí misma. Por el contrario, hace jugadas abiertas y muestra sus intenciones tal como son para que yo note lo transparente y leal que es.

Ella está en mi pensamiento; Ella no dice una cosa y hace otra ni tampoco me invita a jugar al detective de conciencias. Los celos excesivos no son su punto débil porque sabe que solo necesita de sí misma, para que su vuelo de mujer soñadora la disponga en el lugar que ella quiera.

Ella tiene crisis de genio: un rato está triste, otro muy feliz, otro de mal humor y otro en el que no se soporta ella sola. Sin embargo, en cada uno de sus estados es encantadora y enamoradora.

Ella aunque esté distante vive mi cabeza, se levanta cada mañana conmigo y recibo su última prueba de supervivencia cuando la pantalla de mi consciencia queda en negro. Ella no muere cuando deja de respirar, ni está lejos por más distancia, no deja de amar por más pelea, ni cae en ningún aburrimiento porque el simple hecho de amar le brinda la emoción que necesita.

Ella se acuesta cansada de jugar por los laberintos de mi mente, duerme serena, pacífica y angelical mientras planea nuevas formas de mantenerme enamorado; mientras me crea los enigmas para mantenerla enamorada.

Es ella, la que cose mis sueños rotos, alimenta mis ilusiones, salva la vida de mis emociones y hace de mis respiraciones un placer si son a su lado. Ella. Es ella.

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