martes, 26 de febrero de 2013

EL INICIO



Ese día no tenía ganas de nada, con suerte me aguantaba yo mismo. La lluvia me parecía un castigo, y por otro lado, un dolor en los hombros, producto del duro entrenamiento el día anterior, me tenía aún más tenso.

Estaba subiendo las escaleras a toda prisa mientras, rabioso, criticaba no solo que el ascensor no sirviera por tercer día consecutivo; sino también reprochaba el hecho que habiendo más de sesenta salones desocupados en las cinco primeras plantas, la clase fuera en el sexto piso, en el salón 602.

Yo habitualmente entraba en los salones como estudiante sin ningún otro particular. Pero gracias a un trámite que no viene al caso, ni tampoco dependió de mí, terminé como monitor externo de una de las materias más importantes de la Facultad, por lo menos hasta ese momento.

En ese día nublado, encapotado y desabrido no iba con ninguna otra intención que conocer los estudiantes, decirles mis funciones como su monitor e irme tan rápido como fuera posible. No porque no me gustara la idea de ser monitor, sino porque ese día era uno de esos en los que deseas no ser.

Llegué por fin frente al salón quince minutos tarde. Mal comienzo sin ninguna duda. Entré y la profesora, que ya me conocía bien hizo una sonrisa que mezclaba la satisfacción de verme y algo de sorpresa. No obstante, siguió impertérrita en su discurso acerca de sus créditos como investigadora y su experiencia basta en el campo de las Organizaciones Empresariales.

Al terminarlo, la profesora empezó a presentarme con unos créditos de los que no me sentía precisamente merecedor, además de ello, soy un pésimo receptor de halagos. Luego de eso me puse de pie, y en primera fila la ví. 

Ella me miraba con una contemplación fija, inquieta y curiosa que no me permitía concentrarme ni en mí mismo. Sin embargo, no podía detenerme en aquella mirada en ese momento por más que quisiera, así que empecé a hablar tratando de dirigirme a todos, pero siempre terminaba regresando a sus ojos. 

Allí algo pasó, algo en la naturaleza se movió, algo entre sus ojos y los míos no nos dejó separar por lo menos hasta hoy, cerca de 6 años después, que es donde empiezo a relatar Aquella Hermosa Historia:

domingo, 24 de febrero de 2013

AQUÍ




Y qué hago yo aquí,
Pensar en su distancia,
imaginar su pensamiento
y anhelar sus suaves besos,
Que me rodee con embelesos
y quedarme luego en silencio.
Sospechar que suspira,
Y suponer por donde camina
Ese cuerpo cuyo rostro hoy lleva sonrisa.
Y que hago yo aquí,
presumir su hablar callado
y ver que entre mis brazos,
sobra todo su espacio.
Adivinar su mirada al vacío y
su seriedad cayendo al lado mío,
Al final yo qué hago aquí,
Cuando debería estar contigo

miércoles, 20 de febrero de 2013

QUÉDATE (CERO)



Nada dejó mejor sabor que su imagen justo antes de dormir. Era una mezcla de sensaciones en el que no se sabe cuál es el lugar perfecto para ubicar. Ambigua e inexplicable, resultaba ser la mezcla de todos mis sentidos sin que ellos mismos encontraran un sentido. Ver su voz, escuchar su figura, sentir sus invisibles y jugar con sus seriedades era simplemente como sentir la brisa en la orilla de una playa en calma o el primer descenso de una montaña rusa. Una mezcla de emoción y placer que solo ella sabía dar en medidas justas.

Es la 1 de la mañana. Hace diez minutos que dejamos de hablar y no encuentro el sueño en ninguno de los rincones de la cama. Desde hoy, quedan cinco días para verla y de tanto extrañarla  hago los ademanes de suponer que está a mi lado, recostándose en mi pecho mientras la somnolencia le ataca suavemente con mi mano sobre su mejilla desnuda.


-          Quédate a ese lado, yo cruzo la calle – me dijo con el celular en la mano.
-          Me parece una mejor idea.-le contesté.

Ella sabía dónde era mi casa, pero las múltiples cuadras que hay que pasar para llegar hasta esta, podían confundirla fácilmente, en pocas palabras, no sabía llegar muy bien aún. Sumado a esto, aquello de la puntualidad entre los dos era algo con lo que jugábamos por obvias razones (si hay alguna duda, leer los textos anteriores). Ese día la llamé un poco antes de llegar al punto donde habríamos de encontrarnos:

 -          (Se rió) Hoy si quería llegar a tiempo – Me dijo

Luego de una conversación en la que dijimos que yo la esperaría en el punto que el día anterior habíamos acordado, caí en la cuenta que me había dado unos minutos más para planear algo. Como pude caminé, buscando algo que era para ella, pero no para ese día.
Crucé la calle de nuevo sabiendo qué era lo que iba a buscar, y tras no encontrarlo, me distancié del punto de encuentro más de la cuenta. Al resurgir en mí mismo y darme cuenta dónde estaba, me di cuenta que era yo quién llegaría tarde.

Saqué el móvil del bolsillo y ya tenía tres llamadas perdidas. Cuando me disponía a devolver la llamada, de nuevo era ella.

Después de bromear un poco y lanzarnos comentarios ácidos respecto de la falta de puntualidad del otro, nos vimos al fin desde el otro extremo de una avenida de cuatro carriles que parecían hectáreas. Aunque ella estaba muy cerca la veía muy lejos, hablando por el celular, conmigo. 

- Quédate a ese lado, yo cruzo la calle – me dijo con el celular en la mano.
- Me parece una mejor idea.-le contesté.

Los abrazos de ella no son abrazos comunes. Esa caricia gigante en la que rodea mi cuerpo con sus brazos es una manera diferente de besar, porque uno no solo besa con la boca, ni siente con el cuerpo. Y aunque cualquier teoría al respecto sea inútil, por alguna razón, ella sabía hablarme con la mirada palabras suaves, y con sus abrazos, me decía todo lo que sentía sin decir una sola palabra.

Cuando ella cruzó eso fue lo que hicimos. Abrazarnos largamente y hablarnos al oído. Peleamos jugando y jugamos peleando. Bromeamos y reímos hasta llegar a mi casa.
Ella tiende a ser un mundo distinto y sin embargo encantador. No tener expresiones francas de afecto en público es algo que me cuesta asimilar, sin embargo, sé que si hay afecto entre los dos, los únicos que debemos ver ese afecto somos ella y yo, y nadie más. Así que esto radica en ganas, o más bien, en aguantarse las ganas, ¿Ganas de qué? De darle un beso, de cortarle el paso con un abrazo, o de tomarle la mano, entre mil cosas más.

Sin embargo y, como dije antes, no solo se besa con la boca, ni se abraza con los brazos, ni se siente solo con el tacto. Ese día caminé pasivo al lado de ella, esperando un momento a solas.
 _____________

Luego de llegar a mi casa y pasar por las cordialidades necesarias -saludar, preguntar cómo están mutuamente, almorzar, hablar de mil cosas, y muchos etcéteras- quedamos solos en la sala, en el sofá. En el mismo lugar que presenció el beso en el que temblé como si fuera el primero. El primero entre ella y yo.

Mis labios encontraron los suyos, y los adoraron como el sediento que encuentra una fuente de agua. Fueron uno; dos; cien; mil; dos mil; o solo uno, los besos que nos dimos esa tarde. Hasta que le dije lo que quería, lo que aún quiero. QUÉDATE.

PD: Aquí empieza otro texto, otro que ella escribió sin tinta, ni lápiz, ni bolígrafo. No solo se escribe con letras, eso también ella me lo enseñó.

lunes, 18 de febrero de 2013

LECTURAS PARA CONCILIAR EL SUEÑO






Me encanta extrañarte y no lo niego. Luego de escuchar esa canción y que una sonrisa se  me asomara en mi rostro, me aguanté un poco las ganas de llamarte para que, en unos minutos más, al escuchar tu voz, haya un poco más de alegría y ansiedad acumulada: 

Entre la lista de lo que me encanta, 
Estás tú de primera. 
En presencia o ausencia, no importa. 
Ahí estás tú. 

Me encanta verte, 
como mujer, no como trofeo, 
como alma y también como cuerpo. 
Como cielo e incluso como infierno. 

Me gusta extrañarte, 
como un escritor extraña a su muza, 
como un pintor a su modelo. 
O como la misma noche misma a la luna. 

Me encanta verte cual pintura, 
Oírte cual perfecta música. 
Tocarte cual inmejorable escultura. 
Sentirte así, sentirte, porque eres mi muza.

viernes, 15 de febrero de 2013

DIATRIBA NOCTURNA



¿Qué escribe un escritor acerca del vacío? Cuando lo vea, lo sienta o simplemente se rete a si mismo para saber que encontrará en él ¿Cómo reconoce el vacío cuando lo ve?

Hoy si he de hablar del vacío, sabría, con sus puntos y sus comas como escribir acerca de la ausencia si es que eso se asemeja al vacío. Porque eso fue lo que dejó el tono de su voz en las papilas gustativas de mis ojos, una imagen de sabor amargo que me pedía colgar la llamada.

Tuve recoger los planes rotos del suelo de la misma forma que se levantan los escombros del terremoto que provocó su voz de tinte neurasténico. Me quedé oliendo el quemado neuronal ineficiente de estrategias por mantenerla al menos un tiempo más a mi lado.

Es en ese punto fue donde empezaron mis recriminaciones, mis cargos y carpetas llenas de cosas por pagar. El camino de regreso a la tierra cuando has conocido el paraíso es como  blasfemar la Divina Comedia leyéndola hacia atrás. Y yo lo estaba recorriendo de la forma más tortuosa que dispuso el cosmos para mí. Me censuré no haberme tomado ese vino y haber metido la música de los Beatles en esto, porque ¿Qué escucharé ahora que no me produzca la nostalgia de su compañía, de sus besos, de su sonrisa?

Si no fuera tan tarde, me iría al piano a tocar esa canción que nos unió en un café. Pero por ahora me conformaré con cantarla y mirar el cuadro de "La Última Cena" que desde hoy también está incompleto. Sin embargo, cuando trato de hacer algo, me encuentro de nuevo ensimismado en mis pensamiento y mirando el vacío. A propósito del vacío: ¿Qué escribe un escritor acerca del vacío? Cuando lo vea, lo sienta o simplemente se rete a si mismo para saber que encontrará en él ¿Cómo reconoce el vacío cuando lo ve?

miércoles, 13 de febrero de 2013

REGRESO EN TU CAMINO




No la cambio, ni me cambio, ni cambio nada.

Volvería a recorrer el periplo hacia su corazón,

Y me haría de nuevo las heridas en la batalla,

que tuvo como premio esos dos gramos de amor.

No cambiaría la manera de conocerte,
Ni el salón, ni lo que trataba de hacer que recordaras.
No cambiaría la manera de verte ni la forma que usaste,

para que en mi mente se inmortalizara.


No cambiaría las noches, ni el tono de su voz,

Tampoco los intentos fallidos por dejar de vernos.

No cambiaría nuestras crisis de ánimo,

Ni la comida, ni el sofá, ni esos besos.


No cambiaría los miércoles, ni las tardanzas

Porque fue eso nos llevó a lo que somos,

Lo viviría una vez más recorriendo nuestras andanzas.

Y volvería al sofá, con ella, para empezar a ser nosotros.


martes, 12 de febrero de 2013

EL PAPA HA RENUNCIADO





Y si el líder se enconde,
¿Qué será de sus soldados en la batalla?

Hoy en la madrugada renunció al puesto de Papa, el teólogo procedente de Alemania Joseph Ratzinger. Luego de esto, al inbox de mi facebook llegaron algunos mensajes preguntándome qué opinión me merecía esto y si ello significaba un problema más profundo al interior de la iglesia católica.

Es mi deber iniciar este texto diciendo que no es la primera vez que un cardenal ascendido al puesto papal abdica a este cargo. Hemos de recordar a Benedicto IX, Celestino V o Gregorio XII, cuyas condiciones sociales y personales les llevaron a renunciar al trono pontificio.

No obstante, es evidente que cuando un líder quiere dejar de serlo, es por dos razones: La primera es cuando se ha alcanzado un nivel de gloria tal, que él o ella, pretende pasar a la posteridad como el causante de una alegría máxima, así lo han hecho reconocidos directores de fútbol, deportistas activos, militares e incluso personajes dedicados al teatro o la televisión; La segunda motivación para hacer esto es haber encontrado un problema más grande que el mismo líder, es decir, una convulsión interna o externa a su mando que sobrepasa sus cualidades y capacidades como dirigente.

Dicho esto, procederé entonces a enunciar varias de los posibles acontecimientos por los que Joseph Ratzinger pudo haber renunciado, y sus posibles consecuencias sobre el mundo católico:

Crisis de fé:

En la última parte del papado de Juan Pablo II, más exactamente desde la década de los 80, el mundo católico entró en una crisis de fe sin precedentes. Los fieles no solo empezaron a cuestionar los cimientos de la historia cristiana - como la soltería de Jesús, la adoración a la virgen o la legitimidad de la jerarquía celestial que la Iglesia había inculcado en sus feligreses durante más de un milenio- sino  también dejaron de tener a la Iglesia como un repositorio de confianza, es decir, dejaron de creer.

Luego de 1990 las personas que antes creían y veían de manera casi enceguecida a su iglesia como guía en los caminos oscuros y al Dios católico como omnipresente, omnisapiente y omnisciente, empezaron a definir la deidad como una energía tal vez amórfica que, aunque era merecedora de ruegos y plegarias, no era precisamente a la que iban a rendir tributo en los templos.

Cuando murió Juan Pablo II, la gente tuvo un destello de fe renacida, pero un Papa un poco más tosco como Ratzinger no pudo mantener el carisma de su predecesor que, como sabemos, no es endosable.

La pederastia, los múltiples libros con títulos que amenazaban con desenmascarar el tráfico vaticano y los cuestionamientos históricos hechos a la Iglesia, fueron los responsables de un ausentismo que aún hasta nuestros días se propaga como una nube tóxica para la curia.  

Radicalismo:

Cuando alguien se siente amenazado es cuando saca fuerzas de la flaqueza incluso de manera agresiva. Eso es lo que ha pasado con la pasividad frente a muchos sucesos importantes, entre los cuales, se destacan la aparente ceguera frente a problemas de hambre alrededor del mundo y el descubrimiento del Bosón de Higgs.

¿Número de respuestas contundentes de la iglesia frente a inconvenientes como estos? En efecto: cero, o al menos cero decisivos. Sin embargo, defendían su creencia casi pasando por alto este importante hallazgo. Radicalizando su creencia.

"Nos viene bien que se hable de Dios, del origen del por qué existe algo. A esa pregunta, la física nunca podrá dar respuesta del todo", ya que "la física no tiene medios específicos para escuchar a Dios", ha dicho el portavoz de la CEE (Centro Episcopal Español) “Tomado de El periódico.com. noticia del 4 de Julio de 2012. La Iglesia da la bienvenida a la partícula de Dios.

Cada vez más ramificaciones:

Este punto es bastante importante y una de las partes críticas del pontificado de Benedicto XVI. Tratar de soportar la inclemente segmentación de su fe es como tratar de tolerar el sufrimiento de un hijo mientras es torturado. Simplemente difícil.

No es mentira para ninguno que de las entrañas del catolicismo salieron más de cien ramificaciones distintas que, en un momento dado empezaron a dar las respuestas que la Iglesia, que les dio origen, no era capaz de contestar.

El ahora retirado Papa de origen alemán, no solo debía seguir en su lucha por unificar la fe, sino también por mantener los pocos feligreses que habían sobrevivido a una seguidilla de hallazgos científico-históricos que cuestionaban de manera más letal, las “verdades” que habían sostenido durante más de un milenio.

Deslegitimación del poder:

No nos digamos mentiras, el Papa no significa lo que significaba antes. Ahora se volvió una figura política que tiene tanto partidarios como detractores y lastimosamente Ratzinger tenía más de lo segundo que de lo primero.

Como dije antes, el carisma no es endosable y el pontificado de Juan Pablo II fue uno de los que más unificó la fe católica. Al subir Ratzinger, tenía más que un reto de fe, tenía un reto seudo personal: Transmitir el mismo sentido carismático y unificador de Caroll Wojtila.

Su corporalidad un poco menos apacible que la de Juan Pablo II y una posición más certera frente a problemas graves como los que nombramos anteriormente le dieron autoridad pero no conexión del Papa con sus fieles. Ello lo deslegitimó como símbolo en muchos círculos católicos y ello le valió luchar sin el cobijo y apoyo de muchas personas.
Consecuencias:

Volver a aparentar lo sagrado:

Cuando el león está herido, es cuando pelea con más fiereza. Sin embargo hay que decir que esta renuncia desestabiliza y deja en nubes de sospecha todo lo que sucede al interior del Vaticano. Es como si caminando a la batalla el líder decide esconderse de sus soldados ¿qué harán ellos sin dirección? ¿Otro líder simbolizará lo mismo?

No queda de otra que resguardarse, defender lo que queda a capa y espada bajo la batuta de un nuevo líder cuyo nombre e intenciones no me aventuro ni de forma tentativa a imaginar o probabilizar. Pero si hay algo seguro, es que tendrá que devolver la seriedad divina que al menos quiere aparentar tener el cargo Papal, de lo contrario, para, aún más creyentes, la iglesia terminará siendo lo que hoy publicó –y estoy de acuerdo- y el profesor y director del Instituto Colombiano de Antropología e Historia, ICANH: “La iglesia es una institución entre otras. Por eso el Papa ha renunciado” (publicado a las 14:49 de hoy)


Renacer de teorías apocalípticas:

Luego de la decepción que los Mayas provocaron a los amantes de Apocalipsis, no queda nada más que agarrarse de lo básico: Las centurias de Nostradamus que siempre logramos interpretar cuando ya pasó el desastre, los códices bíblicos a los que es necesario sumar, restar letras, dividirlas y multiplicarlas por el número que pensó para que al final algo salga. (Me refiero a algunas, ustedes conocen perfectamente el respeto y tolerancia que tengo por la libertad de culto y el texto bíblico, lo que no defiendo son los charlatanes que quieren interpretarla de tal forma que inducen al miedo y el éxtasis malsano en la sociedad). Pero esta renuncia papal, no puede sino conducir a que nuevos gárrulos hagan su trabajo.             

¡La renuncia demuestra que la iglesia se está desmoronando!, ¡si los papas renuncian, el diablo entró a la Iglesia!, ¡Ratzinger no era el Papa Negro al que se refería Nostradamus, será el siguiente! Y otros estridentes desaforados que parecieran traer el mismísimo Ragnarok nórdico a nuestra tierra caerán uno tras otro.

Este ha sido solo un análisis de un tema que tiene muchas aristas y mucho más por escudriñar y, como académico de las ciencias religiosas, respondo a todas las preguntas que me fueron enviadas. Eso sí, antes que ciertos canales nacionales den por favorito al Cardenal Castrillón como el siguiente a portar el anillo del pescador, es tiempo de saber que antes de caer en las trampas mediáticas, siempre es bueno mirar con ojos críticos y curiosos estos eventos. Acuérdense que por muy devaluada que se encuentre, la Iglesia tiene un poder que a ninguno nos puede caber en la cabeza, y ese poder no es precisamente divino.


lunes, 11 de febrero de 2013

ANTONOMASIA MUTANTE IV - "ELLA"







Ella, reside en mi cabeza día y noche y le hace cosquillas mi vida para que esté sonriendo sin motivos aparentes. En ese momento, todos me preguntan si me siento bien cuando de la nada en mi rostro se refleja la felicidad. El motivo es claro, es ella. 

Ella camina por los parajes más hermosos de la humildad y hace que sus errores sean olvidados gracias a su inamovible sinceridad. Ella, no juega al ajedrez con tal de complacerse a sí misma. Por el contrario, hace jugadas abiertas y muestra sus intenciones tal como son para que yo note lo transparente y leal que es.

Ella está en mi pensamiento; Ella no dice una cosa y hace otra ni tampoco me invita a jugar al detective de conciencias. Los celos excesivos no son su punto débil porque sabe que solo necesita de sí misma, para que su vuelo de mujer soñadora la disponga en el lugar que ella quiera.

Ella tiene crisis de genio: un rato está triste, otro muy feliz, otro de mal humor y otro en el que no se soporta ella sola. Sin embargo, en cada uno de sus estados es encantadora y enamoradora.

Ella aunque esté distante vive mi cabeza, se levanta cada mañana conmigo y recibo su última prueba de supervivencia cuando la pantalla de mi consciencia queda en negro. Ella no muere cuando deja de respirar, ni está lejos por más distancia, no deja de amar por más pelea, ni cae en ningún aburrimiento porque el simple hecho de amar le brinda la emoción que necesita.

Ella se acuesta cansada de jugar por los laberintos de mi mente, duerme serena, pacífica y angelical mientras planea nuevas formas de mantenerme enamorado; mientras me crea los enigmas para mantenerla enamorada.

Es ella, la que cose mis sueños rotos, alimenta mis ilusiones, salva la vida de mis emociones y hace de mis respiraciones un placer si son a su lado. Ella. Es ella.

domingo, 10 de febrero de 2013

ADIÓS AL ADIÓS II



Que alguien te haga sentir cosas sin ponerte un dedo encima,
eso es admirable.
Mario Benedetti.



La hora se estaba aproximando y nuestro plan tenía que ejecutarse. De eso dependían varias cosas importantes, entre estas, que ella evitara un viaje el fin de semana y a cambio se quedara conmigo aquellos días.

Tendría que salir de mi nueva oficina e ir a un lugar que, en primera medida, me permitiera concentrarme en el papel que debía desempeñar: Un supuesto funcionario de alguna empresa, que la citaría a una entrevista a la misma hora en que ella, sobre el papel,  saldría de viaje. En segunda medida, tenía que asegurarme que nadie me fuera a interrumpir, el tiempo y la fluidez al hablar eran vitales para que todo saliera bien. No podíamos permitir que una risa nerviosa se colara en la conversación.

Tomé mi celular, pasé los registros de seguridad y me dirigí al hall que a esa hora estaba solo. Ese lugar haría de tarima. En un lado estaba yo, con el celular en la mano y a punto de llamarla; En el otro extremo estaba ella, probablemente esperando que el móvil timbrara.

Sin hablarnos, ambos sabíamos que el telón se estaba subiendo y debíamos empezar. Miré la pantalla, busqué su número y marqué:

-          ¿Aló? – me dijo con seriedad.
-          Aló, buenos días, Habla con William Castellanos (nombre ficticio) de Jan Geberd TV (empresa ficticia) ¿es usted la señorita que vino a un proceso de selección hace algún tiempo? – Suponía que su mamá estaría a pocos metros de ella y ese era el objetivo. Por tanto, debía evitar toda palabra que pudiera provocarle un entrecorte de la voz o simplemente risa.
-          Si, con ella habla.
-          Buenos días – Repetí. Entre los nervios me había olvidado que ya la había saludado- llamamos para comunicarle que queremos que siga con nosotros en el proceso de selección. Esa reunión se hará efectiva el próximo viernes.
-          Regáleme un segundo por favor – Me dijo con la voz entrecortada.

Ahí se me desenfocó el mundo. Creí que hasta ese punto había llegado el plan.

-          Le escuchó ¿a dónde debo ir?

Le dije la dirección y la hora que habíamos acordado días atrás, exactamente las 3:20 en algún lugar de la ciudad que naturalmente no diré.

-          Olvidaba algo- le dije antes de concluir la llamada- Si sus resultados son satisfactorios, usted tendría que venir el sábado a continuar con las pruebas.
-          ¿El sábado también? – lo dijo seria, pero fingiendo muy bien la sorpresa – Ok –respiró -  no le veo inconveniente.
-          Perfecto- le dije- nos veremos entonces, pasado mañana. 3:20 en la dirección que le indiqué.
-          Perfecto William, te agradezco – Me tuteó y a mí la sangre se me heló. No supe si fue inconsciente pero no debió pasar en ese momento.
-          Hasta luego.
-          Hasta luego.

Colgué el teléfono y yo me salí de la tarima. Ahora ella quedaba sola convenciendo a su familia que no viajaría y asumiendo un riesgo enorme. No solo por quedarse, sino porque ese tiempo lo pasaría conmigo.

Me devolví a la oficina sin concentrarme en absolutamente nada. Hice probabilidades de mil cosas distintas. ¿Y si nos descubrieron? ¿Si en este momento la están regañando?

Pasaron exactamente 5 minutos y mi celular sonó. Era un mensaje que leí al instante. La tranquilidad y la alegría hicieron que suspirara de alivio: “mejor no pudo haber salido”. No sé si ya lo dije pero algo que me encanta de ella es que tiene una ortografía impecable, y distinguir entre “a ver” y “haber” era algo que la ponía muy por encima de muchísimas personas. En esta ocasión no  hubo un simple plan que salió bien, sino una primera locura juntos.

Me relajé sobre el espaldar de mi silla y empecé a hacer los planes del fin de semana que pasaríamos juntos. Lo que pasó mientras lo planeamos, los márgenes de error que contemplamos  e incluso lo que pasó ese fin de semana es algo que ella y yo nos llevaremos a la tumba, tal como lo acordamos. Eso hace parte de nuestros  secretos. Sin embargo ella y yo sabemos que mientras estamos uno al lado del otro, siempre nos haremos felices. 

NACÍ HOMBRE (Oda 1)


Nací hombre, 
para un objetivo
y por mil motivos.
Nací hombre,
para cruzarme en tu camino.

Nací hombre,
para ser de ti
la ficha faltante,
y un guerrero desafiante
cuando tu fuerza se quebrante.

Nací hombre,
para asaltar tu memoria,
robarme tus suspiros
y hurtar de tus labios esa gloria,
que ha sido la letra que ha escrito alguna historia.

Nací hombre,
cuyo objetivo fue encontrarte,
y ahora que lo he hecho,
sigo buscando estrategias
para que decidas quedarte.

Antonomasia mutante