miércoles, 3 de abril de 2013

DE MIS MOMENTOS CONTIGO



Quiero ser en tu vida


Me encantaría tener el piano justo debajo de mis manos, pero lastimosamente lo que tengo es el teclado del computador. Así que por esta ocasión no escribiré en el aire sino en el ordenador mientras ella está justo en frente de mí.

La voluntad se me va al piso y, sin llamarnos a engaños, eso no es algo bueno. Mientras ella se mueve descuidada y con el reflejo de la luz en su espalda, encuentro mil fotografías perfectas de las cuales, cualquier poeta podría escribir libros enteros meciéndose en su seriedad vespertina. Ella es así. Ella cambia su significado cuando quiere y a su gusto. Si quiere ser arte busca la mejor pose para ser inmortal en papel o en la memoria; si quiere ser enigma solo le basta una mirada para dejarme fuera de combate. Así encaja mi realidad sin siquiera notarlo.

Su perfume es sutil al igual que los movimientos que hace su mano izquierda para acomodar el hilo de cabello que cae sobre su rostro. Se mueve como queriendo ser observada mientras yo grabo cada parpadeo para luego ponerlo en verso, en prosa o en música.  Seduce con su seriedad y crea de la nada sin tener la intención de eso. Entretanto yo escribo por el simple motivo de saber que existe y eso la hace ser, significar y significarme a través de ella.

Sin que yo lo notara, ya siento que se ha acercado y ahora entre ella y yo hay menos de un metro. Pone la espalda recta mientras yo trato de encontrar un poco de serenidad en la tormenta que ella me genera en la cabeza. Acabo de olvidar todo lo que había planeado decirle y me dedico a disfrutar de la melodía de su voz. Siento que el filtro entre lo que pienso y lo que digo empieza a quebrarse por las costuras. Suspiro, me recupero y recuerdo lo que había ideado, las palabras de Martín Galas:

Quiero ser en tu vida, algo más que un instante,
algo más que una sombra y algo más que un afán,
quiero ser en ti misma una huella imborrable
y un recuerdo constante y una sola verdad.

Palpitar en tus rezos con temor a abandono.
Ser en todo y por todo complemento de ti.
Una sed infinita de caricias y besos,
pero no una costumbre de estar cerca de mí.

Quiero ser en tu vida una pena de ausencia
y un dolor de distancia y una eterna ansiedad.
Algo más que una imagen y algo más que el ensueño
que venciendo caminos llega, pasa y se va...

Ser el llanto en tus ojos y en tus labios la risa,
ser el fin y el principio, la tiniebla y la luz
y la tierra y el cielo...y la vida y la muerte.
Ser igual que en mi vida has venido a ser tú.

Se lo recito sin pronunciarlo pero con la seguridad que las palabras se queden en el aire. Con la mirada ella me responde en silencio y con una sonrisa me asegura haber entendido cada sílaba. Nos observamos de frente y quedamos fijos ahí en lo que parece ser una eternidad.

Cuando el reloj marca una hora extraña ella asegura que debe irse y yo lo acepto con aire timorato. Me cuesta dejar de verla, porque es ahí cuando empiezo a ver que la pantalla de mi conciencia se pone en negro y la inspiración se me va junto con su mirada enmarcada.


Cuando su silueta se pierde en la espesura de la oscuridad, en forma de susurro empiezo a pronunciar los deseos que produce su inspiración: Quiero ser en tu vida algo más que un instante, algo más…

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