A.G.A.Q.S.P.C.T
Este tipo de estados de ánimo no
deberían existir por puro sentido de respeto del cosmos hacia el ser humano.
Ese punto en el que te preguntan ¿Cómo estás? y por algún motivo te resulta más
fácil decir cuál es el proceso celular en la reproducción de los dragones de
Komodo, debería ser arrebatado de la existencia al menos por unos cuántos
milenios.
Hoy he entendido en resumen las
necesidades de existencia vital de una manera tan abrupta que si cada una se
tradujera en viento, formarían el huracán más fuerte que la humanidad
conociera.
Necesité demasiadas cosas, por
ejemplo, necesité de sabias lecciones de vida para empezar a caminar, comer
correctamente, saber las expresiones adecuadas y comportarme debidamente en las
reuniones sociales.
Necesité saber de aritmética,
álgebra, trigonometría, cálculo, literatura, biología, historia, física,
constitución y muchas más. Precisé de un lápiz y un papel para escribir, otras
veces para dibujar, en otras para lanzarlo contra algo en un momento de
frustración y en últimas para ponerle una sonrisa a la tarde que amenazaba con
comerme vivo y sin darme tregua. De forma más cotidiana, muchas veces,
desesperado, quería llegar a mi casa y, otras, irme de ella.
Necesité de mis padres para
abrazarles, de mi hermano para hablarle
y escucharle también, de mis primos para acordarme que con ellos no hay ningún
rato que se torne amargo y del resto de
mi familia para saber que a pesar de todo sigue unida. Me urgió en muchas
ocasiones hablar con mis amigos, esos que cuando quieran podrían hacer un libro
con las mayores tonterías que he hecho en mi vida. Precisé igualmente, en
muchas ocasiones, estar solo. Necesité meditar, pensar, suspirar, volver a
pensar y finalmente llorar, pero solo.
Necesité muchas cosas, tal como
puedes darte cuenta. Pero hoy me he dado cuenta de algo más. Hay cosas que se
necesitan de forma vital y otras que simplemente se suponen como exigencias
personales que si no las tienes no puedes seguir viviendo en paz con tu propia
existencia. No había recordado cuándo o cuántas veces en mi vida había
necesitado de alguien y no sé de qué tipo sea esta necesidad, pero hoy, para
calmar mis ansiedades y angustias, solo precisé de un abrazo tuyo y que me
dijeras que me querías.
Luego de eso, no necesito nada
más.
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