lunes, 20 de febrero de 2012

Brindis por el añejo mundo que no volverá

Porque lo patético no es un loco,
Lo patético es un idiota que se crea loco
y que al proponerle la primera locura saque a flote
Toda la mojigatería que no lo deja existir como debe ser.
Apropósito de Leopoldo María Panero quisiera agregar que…
Brindo!
Brindo por esos romances de antaño que me daban en la emoción del cortejo el 
motivo de levantarme con una sonrisa. Por las ganas de ver a la mujer que me 
trasnochaba y darle un abrazo en vez de tener ganas de verla conectada para 
enviarle un emoticón. Brindo por los chocolates, los dulces, las postales y las 
esquelas que se daban las parejas, en vez de las tarjetas de un portal digital 
que ahora se guardan en un bolsillo del correo electrónico. Brindo y brindo con 
el alma por los besos francos que se dan en la boca y que saben a gloria 
cuando se trata de la mujer amada, en vez de esos besos artificiales que saben 
artificial y hacen un ruido artificial al enviarse por un guiño.

Brindo por las llamadas clandestinas que desataban la misma adrenalina de una 
montaña rusa en bajada, no por esos letreros electrónicos que esconden la 
entonación nerviosa y la sonrisa traviesa de un halago coqueto colado entre la 
conversación. Brindo por la mujer que roba sueños con sus letras poéticas 
escritas sobre un papel y no por esas que envían sentimientos en medios de 
transporte llamados: Cadenas de bits. 
Brindo señores por las señoritas recatadas y de buenos modales que lograron 
salir de la atadura de la tecnología; por esas cuya delicadeza y vocabulario 
apropiado no les hacían perder ni rudeza ni fuerza para afrontar la vida real, 
no por esas que elevan improperios al viento malgastando su condición 
prodigiosa de ser mujer y desenamoran así a los que aún creemos en la decencia 
de los seres humanos. 

Brindo señores por las señoritas que aún se dejan sacar a 
bailar esas canciones que tienen letra y sentimiento no las que están hechas de 
roña en forma de sexo. Y me lamento por esas que se lanzan como un tigre sobre 
la presa esperando que el hombre caiga ante su detestable prepotencia. 

Brindo caballeros, por las damas que saben esconder sus encantos a manera de 
invitación sugerente y no por esas que exponen sus embrujos anatómicos con 
ropas tan deplorables como la autoestima de quien las lleva puestas. Brindo por 
esa mujer sabia que sabe mantener una relación así no pase por su mejor época 
en vez de caer rendida en las palabras de un hambriento hormonal. 

Brindo porque no hay momento más maravilloso que ese en el que ella, se rinde 
entre nuestros brazos, confiando que entre ellos pasean sus sueños imposibles y 
la protección de su humanidad hasta el fin de los días y no por esas que 
abrazan sin gana, a cualquiera, con olor a deseo trasnochado y a costumbre 
podrida en pro de un coqueteo insulso.

Brindo por los romances de antaño, porque nunca veremos un romance igual. 
Brindo por la caballerosidad de correr el asiento, ayudarla a bajar escalones 
altos, decirle cosas bellas y respetarla hasta la muerte. Encontrar día a día 
mil maneras de enamorarlas y dejarlas en su casa con la sonrisa de quien se 
siente tranquila, enamorada.

Brindo por esa mujer que huye de quien no le conviene. 

Brindo por la decidida, 
la guerrera, la infinitamente inteligente, la admirable; por la mujer. Por esa 
que lo reúne todo y es lo suficientemente sabia de no caer en las garras de la 
prepotencia. 
Por ellas señores, pero no por todas las que tienen hormonas femeninas porque 
definitivamente a algunas les hace falta coraje, valor y humanidad para 
llamarlas así. Digo, brindo y grito que ser mujer, desde mi posición de hombre, es la 
evolución más grande que le pudo pasar en la humanidad. Y muy a mi pesar a 
algunas les queda grande ese título: ser MUJER. 

Salud!
 
Andrés Medina 
2011

2 comentarios:

  1. Ohhh por Dios.... es la clase de brindis que se dejó de escuchar por estar sumergidos en los afanes del diario vivir y que además remueve la nostalgia de quienes alcanzamos a sentir esos momentos en los que se valoraban los detalles mas sutiles que hacían revolotear las mariposas en la barriga...salud!!!

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  2. Verónica me alegra que haya sido de tu gusto. Si alguna vez sentiste esos detalles sutiles y te dejaste enamorar de un caballero de verdad, entonces eres de las mujeres a las que se les puede decir MUJER sin mancillar un término tan celestial. Salud!!

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Antonomasia mutante