lunes, 10 de diciembre de 2012

EL ORDEN DE TUS SENTIDOS


A.G.A.Q.S.P.C.T.

El mensaje no es lo importante,
lo importante es saber leer el mensaje.
Por favor leer el siguiente escrito escuchando de fondo la canción que dejo a continuación.



GUSTO

Ella siempre besaba con motivo. Estaban sentados mirándose frente a frente, ella respiraba profundo y él saboreaba con su mirada el inmenso manjar de tenerla entre sus brazos.

Él la acercó, hasta que rozaron la punta de su nariz. El tiempo detenido les gustaba, ello hacía del momento efímero un instante eterno. Veían sin mirar que tenían los ojos cerrados, sentían sin analizar la respiración acelerada de su ser amado.

Ella solo besa con amor. Él lo sabe.

Ella acercó su agitada exhalación a la de él y juntaron sus labios en unos segundos que pudieron ser minutos, u horas. Se separaron sonriendo, cansados. Toda su energía se transmitió con un beso. Siguieron allí mientras en el rostro de él una beta de tristeza empezaba a asomarse: Ella le había entregado mucho más de lo que merecía.

OLFATO

Ella camina a su lado y él busca cualquier motivo para abrazarla, tomarla por la cintura o simplemente darle la mano. Ella parecía nerviosa, algo confundida. Cansada.

Él miraba todo y a la vez no miraba nada. Él la observaba y no podía evitar recordar lo que acababa de pasar. No sabían ni cómo ni porqué habían acabado en ese punto, la verdad no les importaba. El hecho era que ese momento había significado una alegría que no podían disimular, algo que habían aplazado desde hacía mucho tiempo.

Con un abrazo se despidieron. Ella se alejó y él se quedó tratando de adivinar qué era lo que ella estaba pensando. Cuando la perdió de vista, se llevó las manos a la cara en señal de desesperación, no quería que se fuera, quería irse corriendo detrás de ella. Ahí descubrió que en su mano izquierda había quedado impregnado el aroma más delicioso: El de ella.

VISTA

Él la vio llegar, una hora tarde. A él no le importaba pero tampoco perdería la oportunidad de molestarla un rato por eso. La vio venir en cámara lenta, hermosa, ella. Los ojos estaban más brillantes que de costumbre y su sonrisa combinaba perfecta con su rostro.

La blusa era lo de menos, lo hermoso eran sus hombros al aire. Eran parte del paisaje perfecto de su anatomía. Erguida, segura, magnífica. Llegó en dos segundos y no se fue nunca de mi cabeza.

OÍDO

Empezó a hablar de algo que él solo escuchaba como poesía. Mientras hablaba ella se quitaba el cabello de la cara, respiraba y proseguía. Él intentaba responderle, atinar a decirle algo, pero ella lo hipnotizaba. Se la imaginaba diciendo que lo quería, que estarían juntos, que escaparían y de pronto, él aterrizaba sobre el planeta de nuevo.

Ella no solo era hermosa. Ella hablaba y transformaba lo terrible en paraíso. Por cada pregunta que él le hacía ella le respondía con palabras tan exactas que parecían una partitura hecha por un virtuoso. Cada nota de su voz, cada respiro, cada silencio, cada parte de aquella sinfonía, se antojaba un manjar para los oídos de él.

Alguien lindo gusta, alguien que sepa hablar interesa, pero alguien inteligente enamora. Ella lo enamoraba. Solo ella podía decirle las respuestas acertadas y detenerse en el punto justo en el que él quedaba en suspenso tratando de saber un poco más. Ella era ella, hablaba como ella, él la sentía como ella, y eso era suficiente para que él se volviera loco: por ella.

De un momento a otro dejó de oírla. Él se percató de la situación. Sus labios estaban juntos.

TACTO

Las fresas no eran la única forma de volverlo loco, ella lo sabía. La mano de ella sobre el rostro de él, activó toda una serie de conexiones neuronales que de forma extraña acabaron haciéndole sentir el mismo vacío de una montaña rusa en bajada.

Ella movía su mano, tierna, ligera y lenta hacía los labios de él. Haciendo de esa tarde un todo suspendido. Él temblaba como si estuviera dando su primer beso. 


VISTA, OÍDO, TACTO, GUSTO, OLFATO

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Epílogo:

Caminó solo una vez más, tomó el bus decidido a ceder a sus peticiones. Pero mucho tiempo después en ese mismo café habrían de encontrarse. Por pura casualidad.


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